«Eres tan joven o tan viejo como te sientes. Si tu espalda es rígida con 30 años, entonces eres viejo. Si consigues que sea móvil y flexible a los 60, entonces te seguirás manteniendo joven»
Joseph Pilates

Cada día son más los adeptos a esta modalidad de ejercicio. Desde hace ya unos años, el método Pilates se convirtió en el ejercicio de moda. Recomendado por médicos de familia, traumatólogos, fisioterapeutas… y hasta tus familiares y amigos.
¿Y por qué es tan recomendable? Por sus innumerables beneficios:
- Mejora la estabilidad y el equilibrio
- Aumenta fuerza, flexibilidad y resistencia
- Coordina y mejora la respiración
- Combate dolores de espalda, cuello…
- Previene y rehabilita lesiones
- Aumenta el autocontrol y el autoestima
- Reduce el estrés
- Ayuda a dormir mejor
- Mejora el control y la propiocepción del cuerpo
- Mejora de la postura corporal
- Trabajo del Suelo Pélvico
- Libera tensiones musculares
- Tonifica la musculatura
Y sí, he dejado este punto para el final porque quería dedicarle unas líneas más. Tonificamos toda la musculatura y en particular, la musculatura profunda estabilizadora. No quiere decir que no tonifiquemos el resto, pues la movilizadora también se beneficiará de la práctica del ejercicio.
Pero fortalecer la musculatura profunda es el punto clave de nuestro método. No solo nos aportará una corrección postural, sino que nos dará un punto de sostén para estabilizar todas las articulaciones a la hora del movimiento. Una faja abdominal muy fuerte, ese core o centro del poder (“power house”) que tanto nos interesa que tonifiquen nuestros pacientes.
La reducción de síntomas como dolores lumbares, ciatalgias, dorsalgias… así como la mejora de la calidad de vida de nuestros alumnos. Como terapeutas son puntos fuertes a nuestro favor, pero pensar siempre que podemos abordar mucho más: hipomovilidades vertebrales, asimetrías corporales, hipotonías o hipertonías musculares…
¿Se te ocurre algún beneficio más? Seguro que sí, así que estaremos deseando que nos lo cuentes.